Para crear los efectos especiales hoy en día, lo más sencillo es recurrir a la ayuda de ordenadores, capaces de recrear casi cualquier escenario o situación con una calidad impensable hace unos años.
A principios de la década de 1980 el uso de gráficos por ordenador era casi un lujo que rara vez se utilizaba, produciéndose situaciones tan curiosas como la de la película "Tron" (1982), un film que iba a ser nominada a los Oscar a los mejores efectos visuales pero que la Academia de Cine decidió eliminar de las candidatas por usar tecnología digital, algo que consideraron "trampa".
Poco después y con el avance de la tecnología, el cine fue integrando el uso del mundo digital en sus películas, siendo un componente básico de los efectos especiales de cualquier film.
El cine de los 80 fue una época diferente, donde los directores se atrevían casi con todo y a pesar de las limitaciones técnicas, se rodaron algunos de las mejores películas de ciencia ficción de la historia, realizándose los efectos especiales de forma "artesanal" en la mayoría de las ocasiones.
Ambientar las películas de ciencia ficción de los 80 llevaba detrás un enorme trabajo de diseño y creatividad que nos dejó algunas maquetas y escenarios realmente increíbles. Fotografías de este gran trabajo artesanal, con el que crearon los efectos especiales del cine de ciencia ficción en la década de 1980:
Dune
Si hay una película que se resistió a ser producida, esa es Dune (1984). Los primeros intentos de realizar un film basado en la famosa novela de Frank Herbert se remontan a la década de los 70, con un proyecto en el que estaban implicados artistas de todo tipo, desde Orson Welles, a Salvador Dalí, o H.R. Giger.
Sin embargo el proyecto se canceló, y no fue hasta los años 80 que se retomó, bajo la dirección de David Lynch. Con un presupuesto de 40 millones de dólares, la filmación se realizó en México, teniendo que construirse 80 sets de rodajes en los que participaron 1.700 personas.
El metraje original de Dune tenía una duración de 8 horas, que fue reducida por el director a 5 horas. Esto tampoco convenció a los productores que obligaron al director a reducir de nuevo el metraje a 3 horas. Finalmente se exhibió en cines un versión final de poco más de dos horas que el director siempre repudió. Dune no recibió buenas críticas y tampocó llegó a recuperar la inversión, siendo un fracaso en taquilla. A pesar de ello, con el tiempo se convirtió en una película de culto y es un buen ejemplo de cómo se realizaban los efectos especiales en los 80.
Blade Runner
Para el rodaje de Blade Runner (1982), Ridley Scott contrató al artista conceptual Syd Mead y a David Dryer como supervisor de los efectos especiales. Usando la tecnología disponible en la época (no digital), mediante maquetas, pinturas, técnicas de filmación e iluminación, crearon el increíble mundo de Blade Runner.
Una futurista y distópica ciudad de Los Ángeles en el año 2019, donde podemos ver "spinners" (los ficticios coches voladores), sobre un entorno urbano que curiosamente guarda similitudes con la película "Metrópolis" (1927) de Fritz Lang. En Blade Runner, los ricos viven literalmente por encima de los trabajadores, estando la ciudad dominada por el imponente Edificio Tyrell (en Metrópolis es la Torre Stadtkrone).
Fotografías de las maquetas de Blade Runner:
Regreso al futuro
La idea original para la máquina del tiempo en la trilogía de Regreso al futuro era, por absurdo que pueda parecer, la de utilizar una nevera (un viejo refrigerador). El director Robert Zemeckis pensó que quizás no era tan buena idea, si a los niños les daba por meterse en refrigeradores para emular los viajes en el tiempo de la película.
Posteriormente se decidió que la máquina del tiempo debía ser un vehículo, planteándose primero que fuera un tractor oruga, hasta que finalmente se optó por el DeLorean DMC-12. Con el modelo de coche elegido, el diseño de la máquina del tiempo recayó en Andrew Probert, contando con la colaboración de Kevin Pike y Michael Scheffe para supervisar los efectos especiales del film.
Para numerosas tomas se construyeron modelos y maquetas a escala del DeLorean (y posteriormente del tren para la tercera película de la saga) que contaban con sus propios circuitos electrónicos. También se realizó un modelo a escala del DeLorean en fibra de vidrio, con ruedas controladas por control remoto, que se sujetó de una grúa para simular el vuelo del coche.
Cazafantasmas
La historia original de Cazafantasmas (1984) fue escrita por Dan Aykroyd, debido a su fascinación por lo paranormal. El guión era bastante diferente: los protagonistas se llamaban "Ghostmasters" y viajaban a través del tiempo y del espacio combatiendo a enormes fantasmas.
Para que la película fuera aceptada, se hicieron cambios considerables, manteniendo en parte la esencia original, mezclando la comedia y la ciencia ficción, y a algunos de los monstruos más importantes, como el gigantesco "Hombre de Malvavisco" (Stay Puft Marshmallow Man). En los efectos especiales se incluyeron algunos efectos digitales, aunque buena parte del film está rodado mediante maquetas y modelos.
Para el muñeco gigante de marshmallow, que se acabó convirtiendo en la mascota de la franquicia, se hicieron maquetas de la ciudad, donde se pasearía entre los edificios un monstruo gigante, al más puro estilo de las películas clásicas de Godzilla de los años 50.
Robocop
La mayoría de los entornos urbanos de Robocop (1987) fueron rodados en la ciudad de Dallas, debido a la apariencia futurista de los edificios. A algunos de ellos, se les aplicó una capa especial de pintura para que crear el efecto visual de parecer más altos.
Casi una décima parte del presupuesto (13 millones de dólares en total para el film) se dedicó al traje de Robocop. El encargado de diseñarlo fue Rob Bottin, quien tras diez meses de trabajo finalizó los seis trajes que se usarían en la película: tres de ellos completos y otros mostrando diferentes daños.
Para desarrollar el traje se hicieron moldes de arcilla para darle la forma, incluyendo un modelo de 1,8 metros que debería constituir el traje completo. La funda de pistola que lleva integrada Robocop en uno de los muslos no formaba parte en realidad del propio traje, siendo una pieza independiente. Para que pareciera que el arma se desenfundaba de forma automática, unos técnicos operaban el mecanismo mediante cables.
El traje de Robocop era realmente pesado y nada cómodo de llevar. Peter Weller llegó a perder 1,5 kg al día por el calor que tuvo que soportar dentro del traje, superando los 38 grados en muchas ocasiones. Para solucionar el problema, se le acabó añadiendo un ventilador.
Star Wars
Estrenada en 1977, La Guerra de las Galaxias fue una de las primeras películas en incluir efectos digitales. Los dos films que la siguieron para completar la primera trilogía de la saga, "El Imperio contraataca" (1980) y "El Retorno del Jedi" (1983), usaron técnicas similares para crear los efectos especiales.
A pesar de la ayuda del ordenador para ambientar las batallas, la mayoría del rodaje se realizó mediante maquetas y modelos de forma artesanal, siendo el colofón casi obligado como último ejemplo de la gran labor que requería realizar una buena película de ciencia ficción en los 80.
A principios de la década de 1980 el uso de gráficos por ordenador era casi un lujo que rara vez se utilizaba, produciéndose situaciones tan curiosas como la de la película "Tron" (1982), un film que iba a ser nominada a los Oscar a los mejores efectos visuales pero que la Academia de Cine decidió eliminar de las candidatas por usar tecnología digital, algo que consideraron "trampa". Poco después y con el avance de la tecnología, el cine fue integrando el uso del mundo digital en sus películas, siendo un componente básico de los efectos especiales de cualquier film.
El cine de los 80 fue una época diferente, donde los directores se atrevían casi con todo y a pesar de las limitaciones técnicas, se rodaron algunos de las mejores películas de ciencia ficción de la historia, realizándose los efectos especiales de forma "artesanal" en la mayoría de las ocasiones.
Ambientar las películas de ciencia ficción de los 80 llevaba detrás un enorme trabajo de diseño y creatividad que nos dejó algunas maquetas y escenarios realmente increíbles. Fotografías de este gran trabajo artesanal, con el que crearon los efectos especiales del cine de ciencia ficción en la década de 1980:
Dune
Si hay una película que se resistió a ser producida, esa es Dune (1984). Los primeros intentos de realizar un film basado en la famosa novela de Frank Herbert se remontan a la década de los 70, con un proyecto en el que estaban implicados artistas de todo tipo, desde Orson Welles, a Salvador Dalí, o H.R. Giger.
Sin embargo el proyecto se canceló, y no fue hasta los años 80 que se retomó, bajo la dirección de David Lynch. Con un presupuesto de 40 millones de dólares, la filmación se realizó en México, teniendo que construirse 80 sets de rodajes en los que participaron 1.700 personas.
El metraje original de Dune tenía una duración de 8 horas, que fue reducida por el director a 5 horas. Esto tampoco convenció a los productores que obligaron al director a reducir de nuevo el metraje a 3 horas. Finalmente se exhibió en cines un versión final de poco más de dos horas que el director siempre repudió. Dune no recibió buenas críticas y tampocó llegó a recuperar la inversión, siendo un fracaso en taquilla. A pesar de ello, con el tiempo se convirtió en una película de culto y es un buen ejemplo de cómo se realizaban los efectos especiales en los 80.
Blade Runner
Para el rodaje de Blade Runner (1982), Ridley Scott contrató al artista conceptual Syd Mead y a David Dryer como supervisor de los efectos especiales. Usando la tecnología disponible en la época (no digital), mediante maquetas, pinturas, técnicas de filmación e iluminación, crearon el increíble mundo de Blade Runner.
Una futurista y distópica ciudad de Los Ángeles en el año 2019, donde podemos ver "spinners" (los ficticios coches voladores), sobre un entorno urbano que curiosamente guarda similitudes con la película "Metrópolis" (1927) de Fritz Lang. En Blade Runner, los ricos viven literalmente por encima de los trabajadores, estando la ciudad dominada por el imponente Edificio Tyrell (en Metrópolis es la Torre Stadtkrone).
Fotografías de las maquetas de Blade Runner:
Regreso al futuro
La idea original para la máquina del tiempo en la trilogía de Regreso al futuro era, por absurdo que pueda parecer, la de utilizar una nevera (un viejo refrigerador). El director Robert Zemeckis pensó que quizás no era tan buena idea, si a los niños les daba por meterse en refrigeradores para emular los viajes en el tiempo de la película.
Posteriormente se decidió que la máquina del tiempo debía ser un vehículo, planteándose primero que fuera un tractor oruga, hasta que finalmente se optó por el DeLorean DMC-12. Con el modelo de coche elegido, el diseño de la máquina del tiempo recayó en Andrew Probert, contando con la colaboración de Kevin Pike y Michael Scheffe para supervisar los efectos especiales del film.
Para numerosas tomas se construyeron modelos y maquetas a escala del DeLorean (y posteriormente del tren para la tercera película de la saga) que contaban con sus propios circuitos electrónicos. También se realizó un modelo a escala del DeLorean en fibra de vidrio, con ruedas controladas por control remoto, que se sujetó de una grúa para simular el vuelo del coche.
Cazafantasmas
La historia original de Cazafantasmas (1984) fue escrita por Dan Aykroyd, debido a su fascinación por lo paranormal. El guión era bastante diferente: los protagonistas se llamaban "Ghostmasters" y viajaban a través del tiempo y del espacio combatiendo a enormes fantasmas.
Para que la película fuera aceptada, se hicieron cambios considerables, manteniendo en parte la esencia original, mezclando la comedia y la ciencia ficción, y a algunos de los monstruos más importantes, como el gigantesco "Hombre de Malvavisco" (Stay Puft Marshmallow Man). En los efectos especiales se incluyeron algunos efectos digitales, aunque buena parte del film está rodado mediante maquetas y modelos.
Para el muñeco gigante de marshmallow, que se acabó convirtiendo en la mascota de la franquicia, se hicieron maquetas de la ciudad, donde se pasearía entre los edificios un monstruo gigante, al más puro estilo de las películas clásicas de Godzilla de los años 50.
Robocop
La mayoría de los entornos urbanos de Robocop (1987) fueron rodados en la ciudad de Dallas, debido a la apariencia futurista de los edificios. A algunos de ellos, se les aplicó una capa especial de pintura para que crear el efecto visual de parecer más altos.
Casi una décima parte del presupuesto (13 millones de dólares en total para el film) se dedicó al traje de Robocop. El encargado de diseñarlo fue Rob Bottin, quien tras diez meses de trabajo finalizó los seis trajes que se usarían en la película: tres de ellos completos y otros mostrando diferentes daños.
Para desarrollar el traje se hicieron moldes de arcilla para darle la forma, incluyendo un modelo de 1,8 metros que debería constituir el traje completo. La funda de pistola que lleva integrada Robocop en uno de los muslos no formaba parte en realidad del propio traje, siendo una pieza independiente. Para que pareciera que el arma se desenfundaba de forma automática, unos técnicos operaban el mecanismo mediante cables.
El traje de Robocop era realmente pesado y nada cómodo de llevar. Peter Weller llegó a perder 1,5 kg al día por el calor que tuvo que soportar dentro del traje, superando los 38 grados en muchas ocasiones. Para solucionar el problema, se le acabó añadiendo un ventilador.
Star Wars
Estrenada en 1977, La Guerra de las Galaxias fue una de las primeras películas en incluir efectos digitales. Los dos films que la siguieron para completar la primera trilogía de la saga, "El Imperio contraataca" (1980) y "El Retorno del Jedi" (1983), usaron técnicas similares para crear los efectos especiales.
A pesar de la ayuda del ordenador para ambientar las batallas, la mayoría del rodaje se realizó mediante maquetas y modelos de forma artesanal, siendo el colofón casi obligado como último ejemplo de la gran labor que requería realizar una buena película de ciencia ficción en los 80.
